¿Sabías que el amoníaco (NH₃) es un gas con historia, carácter fuerte… y un olorcito inolvidable? 😷 Sí, ese mismo que sentís en productos de limpieza, fertilizantes o sistemas de refrigeración industrial.
🔥 ¿Peligroso? Sí. ¿Útil? También.
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Es inflamable (¡cuidado con las chispas!).
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Puede causar quemaduras en la piel, ojos y garganta.
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Al respirarlo, da una sensación de fuego interno (spoiler: no es nada místico).
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Y si entra en contacto con el agua, libera calor (¡peligro de explosión si no se maneja bien!).
💥 En grandes cantidades, puede formar mezclas explosivas con el aire. Por eso se usa en sistemas cerrados y ventilados, ¡y con equipos a prueba de fuego!
👀 ¿Qué le hace a tu cuerpo?
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Si lo inhalás: quema garganta, dificulta la respiración, puede causar asfixia o incluso edema pulmonar 😨.
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En contacto con la piel: provoca quemaduras… y si está en forma líquida, puede congelarte (sí, congelación química, lo opuesto a quemarte pero igual de doloroso).
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En los ojos: dolor, daño severo y lágrimas de cocodrilo.
🧤 Por eso, si trabajás con él, usá guantes, gafas, ropa protectora y ventilación buena onda. Y si pasa algo... ¡a la guardia, no al Google!
🌍 ¿Y el ambiente?
El amoníaco es súper tóxico para la vida acuática, así que nada de tirarlo por el drenaje. ¡Ni una gota al río! 🐟💀
⚗️ Fórmula mágica: NH₃
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Masa molecular: 17 g/mol
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Punto de ebullición: -33 °C
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Densidad: más ligero que el aire
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Se disuelve en agua con calor
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Se usa como refrigerante R717, fertilizante y en productos de limpieza industriales
📦 Dato químico nerd (pero cool):
El amoníaco se guarda comprimido como líquido en cilindros metálicos. Si hay fuga, giralo con la fuga hacia arriba… para que solo salga gas, no el líquido (y así evitás dramas).
🧠 Conclusión express de la Profequímica:
El amoníaco es como ese ex peligroso: útil, a veces necesario, pero hay que tratarlo con distancia, respeto y equipo de protección.
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